Por: Renato Falcón
Estas actividades tienen como reina y madre a la agro-exportación, que desde su ascenso en el año 1995 ha generado una metamorfosis económica que ha creado nuevos flujos de dinero que ha alcanzado estos últimos 3 años un impacto mas visible en la población iqueña.
Con el boom de la agro-exportación, que dio un nuevo impulso al cultivo de productos tradicionales como la vid, el algodón, entre otros, también trajo consigo el cultivo de la cebolla dulce, páprika y el espárrago, producto bandera de la agro-exportación, siendo uno de los más solicitados en países como Estados Unidos.
Así, con la fuerte inversión de los capitales locales, nacionales y extranjeros en esta nueva aventura exportadora se suscitó una inmensa oferta laboral para las personas que no tenían empleo fijo y que encontraron en la actividad del campo, la mejor forma de reactivar su economía, dañada durante tantos años debido a la recesión y pobreza extrema en la que ha vivido nuestro país.
Pues bien, al crecer y explotar nuestros recursos desmesuradamente nos olvidamos que es nuestra obligación dejar algo para las generaciones venidera. Lamentablemente esta parte se nos olvidó de forma permanente.
A consecuencia de esto Ica, presenta ahora uno de sus momentos mas críticos, debido a la escasez de un recurso fundamental para la continuidad de su crecimiento: El Agua. Cuyo déficit producido por la sobreexplotación del acuífero iqueño traerá consigo la disminución de cultivos de productos tradicionales y de exportación, además poner en peligro el abastecimiento a la población iqueña que de un tiempo a la fecha, ha sentido ya, este grave problema, que ha empezado a manifestarse en la racionalización..
Podemos ver así que la alternativa de solución para los problemas económicos de nuestra ciudad, trajo consigo la aparición de uno nuevo, que irónicamente nos deja como al principio, e incluso peor.
Si las empresas agro-exportadoras y agricultores tradicionales, además de los organismos reguladores como el Gobierno Regional, Autoridad Local del Agua, la Junta de Usuarios de Ica y la Sociedad Civil, no se comprometen y unen fuerzas para realizar un plan de optima gestión del preciado liquido elemento, estaríamos una vez mas ante la triste realidad de comprobar que el desarrollo económico, no va de la mano con el crecimiento sostenible de una ciudad, dejando en total incertidumbre el futuro de las generaciones venideras.
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